Después de diversas formas de perversión por las que fue atraido Fray Angélico, tuvo una reunión con el Padre Prior, que muy a su pesar, se vió obligado a tomar medidas.
F.A. entró por la puerta del Prior con cara compungida, a la vez que bastante perjudicada.......(1)
Se le comunicó que tras las ultimas actuaciones de Angélico, tales como miradas impuras y reflexiones sobre la sexualidad de Jesús.
Fue dramático, hasta el punto que Angélico rompió a llorar en varias ocasiones, el Prior se mostró firme. No tuvo ningún tipo de complacencia a la hora de aplicar un severo correctivo sobre la espalda de Angélico. El lloriqueo de FA finalmente conmovió a la Hermana Paola, que había estado 2 horas escuchando tras la puerta.
Paola de Bucarest irrumpió en la habitación del Prior, la cama estaba deshecha y sacó a rastras a FA.
FA explicó a la hermana que había sido expulsado a la Ínsula de Eivissa. Esto hizo que Paola se retorciera de sólo pensar en la ausencia de FA, y directamente y prácticamente sin pensárselo le propuso vivir en pecado, en el exilio.
FA era bastante recatado y solo concibía la entrega a sus hábitos por tanto en un primer momento se abstuvo, pero finalmente aceptó.
FA dejaba muchas cosas atrás, pero sobre todo echaría de menos las tardes de charla con sus amigos, en las que les desvelaba todos los secretos de los planes de estudio de las universidades, era un erudito en ello. Lo que el no podia imaginar era que sus mejores amigos, Emanuele de Lombardía y Richard de Toulouse (al menos eso creía el) es que la misma noche en que el cogió el ferry, ellos abrieron la mejor botella de vino que el Abad tenia en la bodega.
(1)...hacia tiempo que Fray Angélico sufría un tipo de erupción cutánea en la cara que había degenerado en una especie de viruela, al punto que se le había recomendado ir a la curandera del pueblo (no estaba asegurado). Esta le mandó unas cataplasmas de yerbas del bosque, que a su vez le hicieron descubrir que era alérgico a alguno de sus componentes. Tenía la cara echa un asco, vomitiva, era desagradable hablar con el, pues supuraba constantemente.
